Las antiguas tumbas de Roma son el hábitat de dos especies de bacterias desconocidas hasta ahora y cuyo descubrimiento podría ayudar a salvaguardar el patrimonio cultural romano. Las condiciones específicas de las catacumbas dieron lugar a la evolución de dos especies únicas que son capaces de producir moléculas útiles como enzimas y antibióticos, según un trabajo de la Universidad de Messina publicado en el número de septiembre del International Journal of Systematic and Evolutionary Microbiology.