Investigadores de la Universidad Nueva de Lisboa han revisado la taxonomía de varios huesos fósiles de dinosaurio hallados en Portugal. Su investigación revela que pertenecen a una nueva especie, Torvosaurus gurneyi, el mayor depredador terrestre descubierto hasta ahora en Europa, así como uno de los mayores dinosaurios carnívoros del Jurásico.
Aunque pertenece a una de las primeras especies de dinosaurios descritas en la península ibérica, el saurópodo portugués Lourinhasaurus no había sido clasificado de forma concluyente hasta el momento. Ahora, un equipo hispano-luso en el que participa la UNED ha revisado sus fósiles y ha averiguado que está ‘emparentado’ con el dinosaurio norteamericano Camarasaurus.
Recreación de Lourinhasaurus alenquerensis / Iván Gromicho.
Adán Pérez-García (izquierda) y Francisco Ortega (derecha), miembros del grupo de Biología Evolutiva de la UNED, muestran el caparazón / SHN-GBE UNED.
Investigadores de la Universidad Nacional de Educación a Distancia han identificado el fósil de una nueva especie de tortuga descubierta en una playa de Portugal. El ejemplar, bautizado como Hylaeochelys kappa, es el único de su género que se remonta al Jurásico, y acaba de ser presentado en rueda de prensa en la localidad portuguesa de Torres Vedras.
Ilustración de ‘Hylaeochelys kappa’, una tortuga con costumbres nadadoras / Carlos de Miguel Chaves.
Reconstrucción del caparazón hallado / SHN-GBE UNED.
Esqueletos fósiles casi completos de unas criaturas del Jurásico denominadas haramiyidos revelan que estos animales presentan características individuales muy diferentes entre sí. Uno de los ejemplares hallados en China estaría adaptado para la vida en los árboles, mientras que el otro sería mucho más primitivo y viviría en tierra.
Nuevos fósiles de los géneros Strashila y Vosila ponen en duda la idea de que parasitaran la piel de dinosaurios emplumados y reptiles alados. Un estudio publicado en Nature sugiere que estos insectos extintos eran dípteros que perdían sus alas al salir de la crisálida, copulaban en el agua y morían en el acto. Su característica más extraña es que, según parece, algunos adultos tenían branquias, como las larvas.
El hallazgo en China de un fósil de 160 millones de años, bautizado como Juramaia, sugiere que la división evolutiva entre los mamíferos placentarios y los marsupiales tuvo que haber ocurrido, por lo menos, 35 millones de años antes de lo que se pensaba hasta el momento.