Investigadores británicos y estadounidenses han analizado la reacción de un grupo de voluntarios sanos o con diversas lesiones cerebrales mientras jugaban a la ruleta y las máquinas tragaperras. Los resultados muestran que todos los participantes presentaban las mismas falsas creencias asociadas a los juegos de azar, salvo los que tenian dañada la corteza insular, por lo que parece que esta parte del cerebro guarda relación con los comportamientos ludópatas.