Se pensaba que los asteroides ricos en agua habían llenado los océanos de nuestro planeta, pero ahora un equipo de científicos cree haber descubierto otra fuente inesperada e igual de importante: el viento solar, que activa la formación de moléculas de agua sobre los granos de polvo extraterrestre.
Los científicos han visto de cerca por primera vez el polvo de un pequeño asteroide rocoso que fue extraído y transportado a la Tierra por la sonda Hayabusa. El análisis de estas partículas de polvo confirma las sospechas de los expertos: los meteoritos más comunes hallados en la Tierra, conocidos como condritas ordinarias, proceden de estos asteroides rocosos o de tipo S, que representan alrededor del 17% de estos cuerpos del Sistema Solar.