¿Puede la presencia de un defecto del menor tamaño posible, es decir un defecto atómico, modificar de manera notable las propiedades de un material? Esta cuestión crucial ha sido estudiada por investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), en colaboración con el Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid (ICMM), en sistemas de tipo grafeno, cuya estructura bidimensional otorga a estos defectos atómicos un papel crítico.
Un equipo de investigadores, con participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha conseguido ordenar coloides (agregados moleculares) en el interior de poros cilíndricos cuyo diámetro oscila entre las 3 y las 6 micras. Este tipo de ordenamientos, que varía dependiendo del diámetro del cilindro, nos ayudan a entender la estructura y ordenación de las macromoléculas y las estructuras atómicas en forma de hilo, como el ADN o los nanotubos de carbono. La calidad de los ordenamientos logrados ha sido portada de la revista Advanced Materials.