Las personas que estuvieron expuestas a la radiación producida por las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki tienen un riesgo mucho mayor de padecer cáncer. Sin embargo, un nuevo estudio que tiene en cuenta más de 60 años de investigación médica concluye que los efectos nocivos a largo plazo en la salud de la población se han exagerado y son menores de lo que la población mundial y muchos científicos creen.
6 de agosto, 1945: Estados Unidos lanza la primera bomba atómica sobre Hiroshima / Wearbeard