La aparición en Venus de esta molécula asociada a la vida en la Tierra, también llamada fosfina, ha causado un gran revuelo científico y mediático, pero hace décadas que se conoce su presencia en las atmósferas de Júpiter y Saturno, e incluso se ha encontrado en algunas estrellas. Investigadores del CSIC fueron los primeros en detectarla fuera de nuestro sistema solar. Ahora valoran para SINC el nuevo descubrimiento.
La fosfina encontrada en el planeta no debería ser estable en su atmósfera, donde se oxidaría rápidamente a menos que, como en la Tierra, haya un suministro nuevo constante. Entonces, ¿por qué los autores del estudio la buscaban en un entorno tan poco prometedor? ¿Están seguros de haberla encontrado?
La atmósfera de Venus contiene trazas de una molécula que en nuestro planeta solo generan las actividades microbianas y humanas, y que huele a podrido en asociación con otros compuestos. El descubrimiento, realizado con los telescopios James Clerk Maxwell y ALMA, apunta a la existencia de procesos geológicos o químicos desconocidos en nuestro planeta vecino, aunque tampoco se descarta una posible fuente biológica.
La fosfina (PH3), una de las formas más estables del fósforo, ha sido detectada por primera vez por científicos españoles fuera del sistema solar. La importancia de esta detección radica en que el fósforo está presente en todas las formas de vida conocidas, por lo que el descubrimiento de esta molécula es un paso hacia una mejor comprensión de la química del fósforo en el cosmos.