Una sonrisa puede generar en los demás las ganas de sonreír y lo mismo ocurre con un ceño fruncido. El instinto de imitación facial permite a los humanos empatizar. Dos psicólogas sociales estadounidenses han investigado cómo se procesa esta acción en el cerebro. Según ellas, comprenderlo podría mejorar el tratamiento de trastornos relacionados con el reconocimiento de emociones, como los del espectro autista.
La firma californiana Apple está explorando nuevas áreas de negocio en el territorio de la inteligencia artificial y acaba de comprar Emotient, una start-up que ha desarrollado una tecnología de reconocimiento de emociones en expresiones faciales. La multinacional no ha desvelado la cantidad de dinero que ha desembolsado por esta operación.
Investigadores de la Universidad de Ohio (EE UU) han logrado identificar hasta 21 emociones en las expresiones faciales. Los científicos han partido de las seis expresiones básicas incluyendo felicidad, sorpresa, ira, tristeza, miedo y asco para crear otras 15 expresiones compuestas como ‘felizmente sorprendido’ o ‘tristemente enfadado’. Cada una de ellas, utiliza una combinación única de músculos. El conocimiento se podrá aplicar para lograr robots más expresivos y en mejorar la comprensión de enfermedades cerebrales.