Desde 2006 los científicos saben cómo reprogramar células maduras para convertirlas en cualquier célula especializada del organismo, un logro que ha revolucionado la medicina personalizada. Ahora, al explorar los detalles del mecanismo, un megaconsorcio internacional con el nombre de proyecto Grandiose ha encontrado un nuevo producto: la célula de clase F que, por su estabilidad y velocidad de reproducción, promete ser útil en aplicaciones clínicas.
Gracias a la combinación de herramientas de neurociencia, biología y biofísica, investigadores de EE UU han desarrollado un método de cálculo y microscopía avanzada que les ha permitido observar el desarrollo en directo y en 3D del sistema nervioso de la mosca de la fruta desde el principio.
Investigadores japoneses han diseñado una técnica para inducir pluripotencia a las células somáticas, presentes en la mayoría de las células de un organismo pluricelular. El fenómeno, al que han llamado ‘adquisición de estímulo-desencadenador de la pluripotencia’ (STAP), supone importantes implicaciones para la medicina regenerativa.
Las autoridades británicas han dado luz verde a un innovador tratamiento genético para prevenir enfermedades mitocondriales. Se espera que el reglamento para estas técnicas de fecundación in vitro se termine a finales de este año. Hasta ahora, la legislación estipula que solo los espermatozoides y los óvulos no alterados pueden ser utilizados para los tratamientos de reproducción asistida.
A partir de células pluripotentes de embriones de roedores, un equipo científico ha logrado crear in vitro folículos tiroideos que, una vez trasplantados, han demostrado ser funcionales. Los resultados, publicados en Nature, podrán servir para aplicar la medicina regenerativa al tratamiento del hipotiroidismo.
Muchos trastornos, como el retraso cognitivo o la hiperactividad, se producen por la combinación de factores ambientales y alteraciones genéticas durante el desarrollo del embrión. El abaratamiento de las técnicas de secuenciación de genes y la bioinformática han abierto la posibilidad de localizar los pedazos de ADN responsables de dolencias específicas para diagnosticarlas y tratarlas.
Dos embriones de pollo durante el desarrollo embrionario. En morado destacan las células de cresta neural Imagen: Aixa Morales-CSIC
Una extraña euforia marcó el 5 de julio de 1996: nacía Dolly, el primer mamífero clonado. La oveja escocesa abrió la posibilidad de tratar enfermedades gracias al poder de las células madre embrionarias y despertó un controvertido debate ético con implicaciones legales. Hoy, 15 años después de Dolly, los escollos morales –no los técnicos– se salvan con la nueva técnica de reprogramación celular, mientras la medicina regenerativa sigue soñando con fabricar tejidos y órganos a medida.
Descripción del proceso de clonación terapéutica. Imagen: SINC / José Antonio Peñas