Un estudio del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas y el Instituto Universitario de Investigación en Atención Primaria revela que los distritos de la ciudad de Barcelona con una media de ingresos más baja fueron los más afectados por la primera ola de la pandemia. El distrito con menos renta, el de Nou Barris, registró 2,5 veces más incidencia de casos que el de mayor renta, Sarrià-Sant Gervasi.
Un nuevo estudio, liderado por investigadores del Centro Nacional de Epidemiología, analiza las características de las epidemias de gripe en España entre 2011 y 2018. El trabajo estima su duración y el nivel de transmisibilidad de la enfermedad por grupo de edad según el tipo de virus, una información que podría optimizar la toma de medidas de salud pública y la planificación de recursos.
El estudio de los fósiles de tres esclavos africanos, encontrados en México, revela no solo la dureza de su vida durante los primeros tiempos de la colonización española, sino también cómo la trata transatlántica supuso la entrada de enfermedades en América. El análisis ha permitido encontrar, por ejemplo, la evidencia más temprana del pian, una patología infecciosa crónica desfigurante, en el continente americano.
Los que conocen la historia de las enfermedades infecciosas saben que la epidemia actual por SARS-CoV-2 no es un fenómeno raro. No es necesario que científicos locos fabriquen virus para infectar a la humanidad. El estudio de varios coronavirus de los cerdos, que aparecieron en las granjas de todo el mundo desde los años 80, permite sacar varias conclusiones sobre la actual COVID-19.
El SARS-CoV-2 no ha sido fruto de una manipulación contra las grandes economías gestada en un laboratorio. Los científicos ya han comprobado que se originó por procesos naturales y probablemente se transmitió a las personas desde los murciélagos pasando por diferentes especies. Aún no saben si se convirtió en patógeno para los humanos después de habernos contagiado. Si ese paso sucedió antes, en un animal, la posibilidad de que se produzcan más brotes en el futuro aumentaría.
Las autoridades chinas han dado el visto bueno para que comiencen los ensayos en fase 1, en la que se prueba la seguridad en personas, de una vacuna experimental contra el COVID-19. Mientras, continúa la carrera mundial por desarrollar una solución contra esta epidemia que ha matado a más de 8.000 personas en todo el mundo.
Las medidas de control para superar la pandemia de COVID-19 afectan a unos y a otros sectores de población de manera radicalmente distinta. En la actual situación, casi distópica, se muestran con más claridad algunos determinantes sociales de la salud.
El Instituto de Salud Carlos III recibirá 25,2 millones de euros y el Centro Nacional de Biotecnología del CSIC obtendrá 4,5 millones para estudiar el nuevo coronavirus y trabajar en el desarrollo de vacunas.
Esta semana, hospitales de Madrid, Barcelona y País Vasco han empezado dos estudios para tratar a los pacientes más graves por COVID-19 e intentar frenar los contagios con medicamentos que ya existen en el mercado, pero que se utilizan para tratar otras infecciones como el VIH o la malaria.
Dos estudios publicados en Science emplean modelos matemáticos para analizar el papel que jugaron los contagiados con síntomas leves en la difusión del COVID-19 y el efecto de las restricciones al movimiento en la ciudad china de Wuhan durante los primeros días del brote. Según uno de los autores, “no sería irracional pensar que nos acercamos al millón de infecciones” en todo el mundo.