Más de 2.700 mujeres y sus hijos e hijas han participado en un nuevo estudio que destaca los beneficios de una alimentación saludable. Los resultados mostraron que las embarazadas con mayor adherencia a la dieta mediterránea tenían un 32% menos de riesgo de tener descendencia con una trayectoria de crecimiento acelerado, en comparación con los vástagos de las madres que no seguían este patrón.
Aumentar el gasto en alimentación se asocia a una mejora de la calidad de la dieta, especialmente a un aumento del consumo de fruta y verdura y, por tanto, a una evolución favorable del peso y a una disminución del riesgo de padecer enfermedades cardiometabólicas.