Los cambios epigenéticos son los que ponen los puntos y las comas a la lectura del ADN y cambian su expresión en función del ambiente. Una bioquímica española de la Universidad de Rockefeller (EE UU) acaba de desvelar que el balance entre dos de estos cambios podría ser un regulador del genoma de las células cerebrales y estar asociado a trastornos neuronales.
Las mutaciones sesgadas pueden favorecer la estabilidad de las proteínas en pequeñas poblaciones bacterianas. Científicos del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (UAM-CSIC) y de la Universidad de Darmstadt han creado un modelo teórico que puede explicar la peculiar distribución del contenido de los nucleótidos A,T,G y C en los genomas bacterianos.