Un trabajo recién publicado en el Journal of Human Evolution analiza los patrones de orientación en los yacimientos tanzanos de Olduvai, con técnicas SIG, para demostrar que los hallazgos allí encontrados no son acumulaciones producidas por la acción de los homínidos o por otros animales, sino efecto de agentes geológicos. Por tanto, los estudios espaciales de estas concentraciones no son indicadores del comportamiento humano, como venía afirmando gran parte de la comunidad científica.
Un equipo de investigadores, liderados desde el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), ha aplicado las técnicas de Tomografía Eléctrica de Resistividad (TER) para identificar geometrías endokársticas en los yacimientos de Atapuerca (Burgos), lo que permitirá planificar mejor las intervenciones arqueológicas. El estudio se ha publicado en la revista Archaeological Prospection.