La producción, el tráfico y el consumo de estupefacientes no paran de crecer, como se ha advertido en la reunión anual de la comisión de drogas de la ONU en Viena. Los países están divididos entre los más y los menos punitivos. Numerosos expertos alertan de que seguir castigando el consumo propio es un obstáculo que fomenta los prejuicios y la discriminación.
Investigadores de la Universidad Pompeu Fabra han analizado en roedores la influencia de factores ambientales como el estrés en los efectos deletéreos de la exposición al cannabis durante edades precoces. Los resultados revelan cómo los ratones adolescentes tratados con la sustancia psicoactiva y expuestos a estrés exhiben un deterioro en la extinción del miedo cuando son adultos.
Una investigación realizada en ratones presenta evidencias experimentales sobre la posibilidad de usar una sustancia derivada del cannabis, el cannabidiol, como terapia en la adicción a la cocaína. Este trabajo permite comprender mejor el papel de este compuesto en las vías de señalización subyacentes a su consumo.
Investigadores de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona han identificado un mecanismo por el cual el cannabis afectaría a la plasticidad de los circuitos neuronales. En este trabajo realizado en ratones muestran cómo su principal componente psicoactivo influye en la maquinaria necesaria para mantener el balance de proteínas en el hipocampo.
Investigadores de varios centros españoles han desarrollado una nueva metodología analítica, denominada epectrometría de movilidad iónica, capaz de diferenciar rápidamente los cannabinoides en el material vegetal, así como en los residuos que dejan tras su manipulación. La nueva técnica detecta la presencia de sustancias volátiles o semivolátiles en muestras muy pequeñas.
Científicos de la Universidad de Granada demuestran, por primera vez, que el cannabis no solo provoca esquizofrenia, como se sabía hasta ahora, sino todo tipo de trastornos mentales en general. Los más frecuentes son los de ansiedad (9%) y los de tipo depresivo (8%) que, además, frecuentemente, coinciden en la misma persona. El estudio también encuentra que el 1,8 % de la población sufre un trastorno adictivo, el 2% presentó un trastorno psicótico y un 3,6% tenía un trastorno de la personalidad.
Vivir en grandes ciudades, experimentar abuso físico o sexual, consumir cannabis o abusar del alcohol durante la infancia o la adolescencia son algunos elementos que pueden determinar el riesgo de comportamiento violento en la edad adulta. Así concluye una nueva investigación, publicada en Molecular Psychiatry, que subraya como en los individuos con tres o más de estos factores se multiplica hasta diez veces la posibilidad de presentar actitudes agresivas.
¿Existen diferencias entre hombres y mujeres en cuanto al consumo de riesgo de alcohol, de cánnabis y de hipnosedantes? Es uno de los objetivos del estudio que acaba de publicar la Agència de Salut Pública de Barcelona, en colaboración con el Instituto de Salud Carlos III, en la revista Gaceta Sanitaria. Tras analizar los datos de los participantes de entre 25 y 64 años de la última Encuesta Domiciliaria sobre Alcohol y Drogas en España, los resultados muestran distintas pautas de comportamiento entre sexos.
Modelo en 3D del receptor que coloca con la marihuana