Una vez que los científicos identifican a una especie en peligro de extinción, se ponen en marcha procedimientos para impedir que su situación empeore, sobre todo si su amenaza se debe al tráfico ilegal. Sin embargo, dos investigadores de las universidades de Princeton y Chicago revelan que estos animales y plantas pueden tardar hasta veinte años en recibir protección internacional.
El 25 de marzo finalizó en Doha (Qatar) la XV Conferencia de las Partes de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), una cita en la que se esperaba la prohibición del comercio internacional del atún rojo. Pero ésta y otras especies marinas han quedado fuera del control del CITES. Para Margarita África Clemente, catedrática en la Universidad de Córdoba y presidenta del Comité de Flora de CITES es necesario seguir luchando de cara al próximo encuentro de Tailandia en 2013.
Los 175 países que se encuentran en Doha (Qatar) en la XV Conferencia de las Partes de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) desde el 13 de marzo hasta el 25 de marzo han rechazado la protección de 31 especies de coral rojo y rosa, así como la del atún rojo atlántico (Thunnus Thynnus) y el oso polar (Ursus maritimus) la semana pasada.