Experimentos con ratones revelan un potencial nuevo tratamiento que podría transformar el cáncer de mama triple negativo en una enfermedad controlable. Investigadoras del Centro de Regulación Genómica y del Vall d'Hebron señalan que aún queda trabajo por realizar antes de llegar a las pacientes, pero que cada avance en la comprensión de los mecanismos de esta dolencia constituye una buena noticia.
Investigadores del Cima Universidad de Navarra y de la Universidad de Cambridge han descrito por primera vez unos mecanismos específicos de este tumor sanguíneo que impiden el desarrollo de células sanas y favorecen su evolución. El hallazgo abre nuevas vías para el desarrollo de tratamientos contra esta patología, de la que se prevé que haya 6.400 nuevos casos en España en 2023.
Este estudio en ratones del Instituto Universitario de Oncología del Principado de Asturias demuestra que mientras la grasa blanca, propia de la obesidad, contribuye al crecimiento y la progresión tumoral, la presencia de grasa parda en el entorno del tumor previene su crecimiento.
Un estudio de investigadores españoles apunta a combinar quimioterapia con fármacos que permiten inhibir dos vías de señalización celular implicadas en la progresión de los tumores. El trabajo ha analizado la interacción de la proteína IKKα con estas vías, en una búsqueda por reducir la toxicidad de las terapias.
Entre los proyectos científicos financiados por la agencia dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación en los últimos cinco años destacan diversos trabajos centrados en técnicas genéticas para combatir la metástasis o la resistencia a fármacos y tratamientos.
Un estudio del IRB Barcelona arroja luz sobre el papel del daño al ADN en el ataque de las células cancerosas. El trabajo, llevado a cabo en la mosca Drosophila, desafía la hipótesis comúnmente aceptada de que la maquinaria de muerte celular tiene acción antitumoral.
Según un nuevo análisis publicado en The Lancet, de los 2,3 millones de mujeres que mueren prematuramente por enfermedades oncológicas cada año, 1,5 millones de vidas podrían salvarse con la eliminación de factores de riesgo y la detección y el diagnóstico precoces. Otras 800 000 muertes podrían evitarse si ellas tuviesen acceso a una mejor atención médica.
Un estudio liderado por el Instituto de Bioingeniería de Cataluña demuestra que la laminina, una proteína presente en los tejidos mamarios, tiene un papel fundamental en la evolución de los tumores sólidos, como los de mama. El mecanismo se ha demostrado in vitro, pero se cree que también podría funcionar in vivo, a partir de lo observado en muestras de pacientes.
Los nuevos casos de cáncer de aparición temprana han subido un 79 % en las últimas tres décadas, con un incremento más rápido en los de tráquea y próstata, según los datos de más de 200 países y regiones del mundo. Fomentar un estilo de vida saludable podría reducir la carga de la enfermedad.
Investigadores del CSIC y del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas proponen que la pérdida cognitiva en pacientes con metástasis cerebral puede deberse a las interferencias que crea el cáncer en los circuitos neuronales. Los autores del artículo que se publica en Cancer Cell han recurrido a la inteligencia artificial para demostrar que la metástasis altera la actividad del cerebro. La hipótesis tiene implicaciones para su diagnóstico y tratamiento.