La mayoría de tumores presentan inestabilidad genómica debida a ganancias y pérdidas de genes, rotura de cromosomas, mutaciones, etc. A pesar de que estas alteraciones son necesariamente letales para las células normales, no lo son para las cancerosas, que olvidan las propiedades del tejido del que se originaron. Como el personaje creado por Scott Fitzgerald, que en lugar de envejecer, rejuvenece a costa de perder la memoria.
Antes de tratar a un enfermo de cáncer con radioterapia hay que confirmar que las dosis que va a recibir son las correctas. Investigadores de la Universidad de Sevilla, el Centro Nacional de Aceleradores y algunas empresas han desarrollado un prototipo para efectuar con mayor eficacia esta tarea.
Una investigación con participación de la Universidad de Oviedo y publicada por la revista Science describe, por primera vez, la reconstrucción de los epigenomas de un neandertal y de un denisovan.
Un grupo de investigadores de China y EE UU ha creado un modelo tridimensional de células de cáncer de cuello de útero utilizando una impresora 3D. Los científicos señalan que el modelo podrá ayudar a crear nuevos fármacos y arrojará luz sobre la forma en la que se los tumores se desarrollan, crecen y se extienden por el cuerpo.
Investigadores del Idibell demuestran que uno de cada cuatro tumores humanos presenta polimorfismos genéticos asociados con un mayor riesgo de cáncer que provocan un cambio epigenético. Dicho cambio modifica la expresión de los genes vecinos.
Un estudio publicado en PLOS Genetics muestra dos genes que ayudan a explicar por qué algunas mujeres portadoras de mutaciones de alto riesgo desarrollan cáncer y otras no. En un futuro los test genéticos incluirán todas las variantes que influyen en el riesgo para hacer un perfil personalizado para cada paciente.
Un grupo internacional de investigadores ha identificado por primera vez en ratones que la proteína p38 es necesaria para la supervivencia y proliferación de las células tumorales de colon. Los expertos han demostrado en el mismo estudio que un inhibidor de dicha proteína reduce el tamaño de los tumores en ratones.
A principios de año, el novelista Henning Mankell reveló que le habían diagnosticado un cáncer. Casi de inmediato decidió que hablaría sobre su dolencia en un periódico sueco. Mankell no es el único, sino uno más de los muchos que han escrito sobre su enfermedad. Además de lo que ellos pueden aportar, un reciente estudio afirma que la llamada 'escritura expresiva' puede ayudar a reducir algunos de los síntomas de los pacientes oncológicos.
FOTOGALERÍA. Henning Mankell, escritor diagnosticado de un cáncer, hablaría periódicamente sobre su enfermedad en un periódico sueco. / Maurizio Gambarini
FOTOGALERÍA. La ensayista americana Susan Sontag escribió sobre sus dolencias en La enfermedad y sus metáforas. / Boris Roessler