Los niños tienen una mala calidad del sueño. Un nuevo estudio elaborado en la Comunidad Valenciana revela que el 37,4% de los niños de 6 a 8 años, el 25,3% de entre 9 y 11 años y el 31,8% de los de 12 a 15 años se levantan descansados una o ninguna vez a la semana. Los resultados desvelan además que el 4,26% se duerme en clase más de tres veces a la semana.
“No hay que olvidar que vamos a dormir toda nuestra vida en función de cómo aprendamos a hacerlo de pequeños”, explica a SINC Gonzalo Pin Arboledas, autor principal de este estudio y médico en la Unidad Valenciana del Sueño del Hospital Quirón de Valencia. “Por eso es necesario hacer hincapié en la educación sanitaria”.
El trabajo, realizado en la Comunidad Valenciana pero extrapolable al resto de España, se centra en la opinión de los propios niños sobre su calidad del sueño y analiza su distribución por edad, sexo y procedencia geográfica. La muestra (1.507 encuestas) se obtuvo proporcionalmente a la población de las tres provincias y en función del lugar de residencia: zona urbana o rural, y costera o de interior.
Los resultados, publicados en la revista Anales de Pediatría, muestran que entre el 76,1% y el 91,2% de los niños considera que tiene algún problema relacionado con el sueño y que el 53,9% de los de 12 a 15 años tienen pesadillas más de una vez por semana. Además, se levantan descansados una o ninguna vez a la semana el 37,4% (de 6 a 8 años), el 25,3% (de 9 a 11 años) y el 31,8% (de 12 a 15 años).
Según apunta Gonzalo Pin, “los profesores afirman que el 4,26% de los escolares se duerme en clase más de tres veces a la semana, lo que prueba que los niños tienen una calidad del sueño disminuida, ellos son conscientes de esto”. Las conclusiones, que coinciden con las estadísticas de otros países occidentales, confirman que los niños poseen un déficit crónico de sueño debido a los malos hábitos adquiridos.
“Lo más llamativo es que un 15% de la muestra no tenga un horario regular para irse a dormir los días escolares, es decir, que estos niños tan pequeños deciden ellos mismos cuándo irse a la cama. Vivimos en una sociedad de las 24 horas que transmite a los jóvenes que dormir es poco importante, cuando el sueño tiene mucha responsabilidad frente a la obesidad o el fracaso escolar”, subraya el investigador.
Los autores presentarán estos datos a las administraciones públicas para que tomen las medidas que crean oportunas en relación a la educación sanitaria. “La sociedad ha cambiado y es importante adaptar esos cambios sin olvidar la educación de los más jóvenes. Es necesario incrementar las medidas de educación y transmitir la importancia de las horas de sueño”, concluyen.
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Referencia bibliográfica:
G. Pin Arboledas, M. Cubel Alarcón, G. Martin González, A. Lluch Roselló y M. Morell Salort. “Hábitos y problemas con el sueño de los 6 a los 14 años en la Comunidad Valenciana. Opinión de los propios niños”. Anales de Pediatría 74(2):103—115, febrero de 2011.
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