Un nuevo estudio revela que el impacto de la pandemia en la salud mental sigue presente, con un incremento sostenido en la receta de antidepresivos, especialmente en mujeres menores de 40 años.
Un equipo con participación del departamento de Farmacia de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) ha comprobado indirectamente, a través del consumo de antidepresivos, que la pandemia de la covid-19 aumentó la incidencia de síntomas depresivos en la población general.
El estudio también destaca la importancia de abordar la salud mental de la población simultáneamente con los problemas físicos y de adaptar los sistemas de salud en consecuencia.
Según los autores, el mayor incremento de las prescripción de estos se dió en el período postpandémico, sobre todo en mujeres de menos de 40 años.
Resultados similares entre países
Desde marzo de 2018 hasta febrero de 2024 los investigadores analizaron la evolución de las prescripciones de antidepresivos. Con una cobertura de la atención médica de 130 000 personas en el País Vasco, dividieron ese lapso de seis años en subperiodos de 2 años cada uno: prepandemia, pandemia y postpandemia.
Comparando las prescripciones de antidepresivos entre estos tres intervalos, el equipo llegó a la conclusión de que entre 2020 y 2022 se dio un primer aumento de estas recetas médicas, especialmente en mujeres menores de 40 años. Este dato se reafirmó con un estudio paralelo de Canadá, el cual se argumentaba que las mujeres reportaron un sentimiento de empeoramiento de su salud mental a finales de 2020.
Asimismo, Francia registró un resultado similar en cuanto al aumento de estas prescripciones. Proporcionalmente el incremento de antidepresivos recetados para mujeres superaba el incremento en hombres.
“El mayor impacto en el bienestar emocional de las mujeres jóvenes durante la pandemia podría deberse al rol de los cuidadores, que es más prevalente en la población femenina, y a la feminización de las profesiones de cuidado en el sector salud, que tuvieron una alta carga emocional durante ese período”, destacan los autores del estudio.
La incidencia de personas con síntomas depresivos aumentó de nuevo durante las pospandemia. “El análisis ha detectado un mayor impacto a largo plazo de la pandemia en la salud emocional de la población, que puede deberse a varios factores. Si bien las restricciones de movimiento se suavizaron, el aislamiento social prolongado que sufrió la mayoría de la población puede haber tenido consecuencias duraderas en la forma en que las personas interactúan y se sienten conectadas con los demás”, añaden los investigadores.
El estudio señala que el impacto psicológico de la covid-19 perdura en el tiempo. Mantener un estado de estrés sostenido durante la pandemia podría ser una de las principales causas de esa mayor incidencia de síntomas depresivos en la población general a largo plazo. En muchos casos, el duelo por la pérdida de seres queridos o los cambios significativos en la vida durante la pandemia impiden volver a la normalidad y siguen afectando a largo plazo la salud mental.
Además, el impacto económico de la pandemia, como la pérdida del empleo o la inseguridad financiera, continúa afectando el bienestar mental de muchas personas, exponen los autores.
Cabe señalar que la prescripción de antidepresivos también incluye a personas con otras patologías como la ansiedad, insomnio o dolores crónicos. No obstante, los autores del artículo subrayan la necesidad de abordar la salud mental desde otras vías que no sean únicamente farmacológicas como la terapia psicológica.
Referencia:
Martinez-Cengotitabengoa, M. et al. “New Antidepressant Prescriptions Before, During, and After the COVID-19 Pandemic: Sex and Age Differences in a Population-Based Ecological Study” Healthcare (2025).