El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) participa en el estudio

Expertos europeos proponen un método para armonizar los planes de emergencia nuclear

Un equipo de especialistas europeos en protección radiológica ha desarrollado un método para calcular valores de referencia que ayudan a saber si tras un accidente nuclear se debe confinar, evacuar o realojar a la población. El estudio, que publica la revista Health Physics, revela que los niveles son más restrictivos en ambientes húmedos que secos.

Expertos europeos proponen un método para armonizar los planes de emergencia nuclear
Los accidentes nucleares son muy improbables, pero los expertos prevén cómo actuar en estos casos. Imagen: SINC/3Planos.

Cuando se produce una emergencia nuclear primero se aplican medidas en una fase urgente, como el confinamiento o la evacuación de la población, y luego otras a largo plazo, como el realojamiento en zonas seguras o el retorno. La elección de una u otra medida se realiza en base a unos ‘niveles de intervención’ o dosis de radiación (medidas en milisievert, mSv), que son diferentes entre los países europeos.

Ahora el grupo de trabajo ‘Preparación de Emergencia y Niveles de Acción’ (EPAL, por sus siglas en inglés), un equipo de expertos en protección radiológica que trata de armonizar las respuestas en Europa frente a una emergencia nuclear, presenta en la revista Health Physics una metodología para unificar criterios y orientar en la toma de decisiones.

“Este trabajo muestra la coherencia que deben tener las diversas medidas de protección de la fase urgente respecto a las de la fase del largo plazo, ya que si, por ejemplo, el nivel de intervención para realojar a las personas se establece muy bajo respecto al de confinamiento, se podría producir la situación absurda de realojar a las personas fuera y no haberlas confinado antes, con la consiguiente exposición al paso de la nube radiactiva”, indica a SINC José Manuel Martín Calvarro, jefe del Área de Planificación de Emergencias del CSN y miembro del EPAL.

Para ayudar a los gestores tras un accidente nuclear, el equipo ha desarrollado un método en ‘dos pasos’. En el primero se calculan unas dosis y cocientes de referencia, para que, en el segundo, las autoridades puedan confirmar que han adoptado la medida de protección más adecuada.

El método de los dos pasos

El primer paso consiste en calcular las dosis efectivas para dos ‘términos fuente’: el accidente en un reactor nuclear tipo y la rotura de los tubos de un generador de vapor de otro reactor más avanzado. Como herramientas de cálculo se utilizan dos códigos internacionales de ayuda a la toma de decisiones en una emergencia nuclear (RODOS, desarrollado por el centro alemán FZK de Karlsruhe, y la versión rumana RO-CODE).

Con estas herramientas se calculan las dosis a diversas distancias, en distintas condiciones de dispersión contaminante (al variar las condiciones meteorológicas y el factor de dilución), en seco y con lluvia, y para cuatro periodos de integración.

Los periodos son: P1 correspondiente a los dos días posteriores al accidente (tiempo con el que la mayoría de los países de la UE estiman la dosis para el confinamiento), P2 entre los días tercero y 30, P3 desde el segundo hasta el duodécimo mes, y P4 desde el segundo año hasta el 50. Después se obtienen los cocientes de las dosis para los cuatro periodos respecto al P2.

“Quizá lo más significativo del trabajo es haber determinado que, para una misma composición de isótopos del término fuente, los cocientes son solo función de la composición del vertido pero independientes de su cantidad”, destaca Martín Calvarro.

El estudio también muestra que los cocientes no varían mucho con la distancia, pero sí al simular condiciones secas o de lluvia. Cuando llueve durante el vertido, la dosis por deposición en el terreno tiene mucho mayor peso que la que entra por las vías de inhalación o la originada por el paso de la nube, mientras que en ambientes secos la dosis por inhalación es la más significativa.

Los valores obtenidos en el primer paso sirven de referencia para que, en el segundo paso, las autoridades de cada país elijan el valor de dosis de una medida protectora y en función de este confirmen la coherencia de las demás medidas de protección. El valor de referencia se puede adoptar según la normativa nacional o las propuestas de los organismos internacionales.

La Comisión Internacional de Protección Radiológica (ICRP) y la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA) recomiendan no superar una dosis de 100 mSv al año. En los dos primeros días tras un accidente nuclear el nivel máximo que establecen la mayoría de los países –incluido España– para el confinamiento es de 10 mSv.

El estudio no especifica cuáles son las dosis de referencia para repartir pastillas de yodo a la población, una medida habitual de protección para reducir el riesgo de cáncer de tiroides tras un accidente nuclear, pero sí señala que los valores son independientes del resto de los niveles de intervención.

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Referencia bibliográfica:

Wirth E, Baciu AC, Gerich B, Blaettler M, Buettner U, Calvarro JM, Hofer P, Holo EN, Kuhlen J, Molnar K, Nizamska M, Sogalla M, Turai I, Vandecasteele C. “A two- step concept to derive a consistent set of intervention levels for radiation emergency planning and to translate international recommendation into practical guidance”. Health Physics 100(5): 482-90, mayo de 2011.

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Niveles de intervención en España:

Medidas de protección y dosis efectiva evitable (en milisievert, mSv):

Medidas urgentes

Confinamiento: 10 en un período de confinamiento no superior a dos días. Para períodos más cortos, puede ser recomendable el confinamiento a niveles de intervención inferiores para facilitar otras medidas de protección, como la evacuación.

Evacuación: 50 en un período no superior a una semana. Se podrá adoptar la evacuación a niveles de intervención inferiores, por períodos más cortos o cuando la evacuación se pueda realizar rápida y fácilmente (por ejemplo, grupos pequeños de población). Pueden ser convenientes niveles de intervención superiores en caso de poblaciones especiales (pacientes de hospitales, ancianos, etc.), ante condiciones meteorológicas adversas u otros riesgos adicionales (naturales o tecnológicos), o cuando se trate de grandes grupos de población).

Profilaxis con yodo: 100 miligray (En este caso varía la unidad, y se refiere a dosis equivalente evitable. Se reparten pastillas con yodo inactivo para que el tiroides lo absorba y se sature antes de que llegue el yodo radiactivo).

Otras medidas urgentes son el control de accesos, la autoprotección de la ciudadanía y el personal de intervención, la estabulación de animales y la descontaminación de personas

Medidas de larga duración

Traslado temporal (albergue): 30 en el primer mes y 10 en el mes siguiente. Niveles de intervención optimizados genéricos para el comienzo y la terminación del albergue de media duración son de 30 mSv para el primer mes y de 10 mSv para el mes siguiente.

Traslado permanente (realojamiento): 10 al mes durante el 1er o 2º año o 1000 para toda la vida. Se considerará el realojamiento cuando no se prevea que la dosis acumulada en un mes descienda por debajo de 10 mSv al cabo de uno o dos años de iniciado el traslado temporal, o cuando la dosis proyectada en toda la vida supera 1 Sv.

Otras medidas de larga duración son el control de alimentos y agua, la descontaminación de áreas y recomendaciones al sector agrícola y ganadero.

Fuente: SINC
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