Además de transmitir ingentes cantidades de información entre continentes, los cables de fibra óptica transoceánicos pueden actuar como sensores ambientales de movimientos sísmicos y corrientes oceánicas. Para conseguirlo, una nueva técnica utiliza los repetidores que llevan estas infraestructuras y ha logrado detectar terremotos de Perú e Indonesia en una línea que conecta Reino Unido con Canadá.