Investigadores de la Universidad Rovira i Virgili han simulado el flujo de aire producido al toser y estornudar con un detalle sin precedentes gracias al uso de avanzados sistemas de computación. Los resultados ayudan a analizar la capacidad de los aerosoles infecciosos para dispersarse y mantenerse suspendidos, lo que facilita la transmisión del coronavirus y otros patógenos por vía aérea.
Un estudio sobre el uso de vacunas de ARNm en personas residentes de centros de mayores en España concluye que su efectividad ha sido del 71 % frente a la infección sintomática y asintomática por SARS-CoV-2, del 88 % en la prevención de hospitalizaciones y del 97 % en evitar fallecimientos.