Las predicciones sobre la existencia de agujeros negros se remontan al siglo XVIII, pero fue en el XX cuando Roger Penrose demostró que son una consecuencia de la relatividad general, lo que le ha valido el Premio Nobel de Física compartido con Reinhard Genzel y Andrea Ghez. El director general del Observatorio Europeo Austral analiza para SINC la trascendencia de estos logros, que han llevado a descubrir el enorme agujero del centro de nuestra galaxia.
Un equipo de científicos, con participación española, ha analizado mediante simulación computacional 60 especies diferentes de estos depredadores, algunos incluso anteriores a los dinosaurios. Los resultados revelan que la forma craneal similar entre estos depredadores se debe a la necesidad de abrir mucho la boca por los dientes y no a un estilo de caza compartido entre especies.