Nanorrobots que se inyectan en la sangre, materiales que se autorreparan o sistemas de almacenamiento de información sin límites podrían ser posibles gracias a máquinas moleculares. El químico francés Jean-Pierre Sauvage, que ha sido uno de los ponentes esta semana en el festival Passion For Knowledge en San Sebastián, logró diseñar, junto a su equipo, estos diminutos artefactos con múltiples aplicaciones.