El hielo del Ártico se rompe, se separa y se derrite, y con ello el hábitat del oso polar, obligado a recorrer largas distancias a nado y sin descanso para encontrar suelo firme. Un estudio confirma que estos mamíferos, protagonistas de nuestro #CienciaaloBestia, nadan cada vez más por el cambio climático. Destaca el caso de una joven hembra que recorrió más de 400 km en solo nueve días.