Algo tan sencillo como cenar en familia puede contribuir a prevenir la obesidad infantil. Un estudio demuestra que los niños que cenan solos, ven demasiado la televisíon y duermen poco tienen tendencia a engordar. Sólo con corregir estos tres hábitos se reduciría en un 40% la obesidad en preescolares. Una alimentación saludable, no sólo en casa, también en el colegio. Ése, sin duda, sigue siendo el pilar fundamental para evitar la obesidad infantil. Pero una alimentación equilibrada no funciona sin ejercicio. Uno de cada cinco niños y niñas en nuestro país sufre sobrepeso. Se podría reducir. La responsabilidad está en los padres.