El edificio ecológico más alto de Europa está en Bruselas (Bélgica). Se trata de un torre sostenible de 113 metros de altura, rehabilitada por el arquitecto español Carlos Lamela.
El nuevo rascacielos, que reutiliza la estructura de una torre anterior, proviene de una recuperación completa que implicó la reducción de su consumo energético en un 90%. Esto le otorga la acreditación belga de bâtiment passif o edificio pasivo, es decir, su consumo es prácticamente cero.
Con 41 plantas y una superficie de 52.600 metros cuadrados, el proyecto ha tardado seis años en materializarse y ha tenido un coste de 55 millones de euros.
Así, se ha renovado una torre emblemática de la ciudad, rediseñada para la nueva sede de la oficina de empleo belga y para cumplir con los requisitos de sostenibilidad del siglo XXI.