La vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha considerado este jueves la aprobación del proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética como un “instrumento clave para modernizar y transformar" el país.
Se trata de un texto que establece los objetivos para alcanzar la plena descarbonización de la economía antes de 2050 “con un sistema eléctrico 100 % renovable”, según un comunicado remitido por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco).
Para Ribera, es “un día importante” porque se aprueba una ley de clima “enormemente ambiciosa como resultado de un trabajo conjunto sobre el que todavía, seguro, queda margen para seguir mejorando en una trayectoria que no es lineal”.
Esta dirección, ha afirmado, “debe incrementarse progresivamente conforme vayamos alcanzando velocidad de crucero en el tiempo por venir”, ya que en el cambio climático “llegamos tarde”.
Este proyecto de ley plantea “cómo prepararnos para los impactos del cambio climático y cómo prevenir sus causas con herramientas de adaptación, anticipación y resiliencia”, ha manifestado.
Ribera ha insistido en que resulta “prioritario" asegurarse de que "todos los recursos públicos y privados son destinados al aprovechamiento de las oportunidades”, así como a la disminución de los costes asociados a los efectos climáticos “con los que ya desgraciadamente convivimos”.
Asimismo, ha subrayado que la nueva ley permitirá modernizar la industria y “hacerla competitiva en los nuevos mercados” además de fortalecer el tejido social, atraer inversiones en las tecnologías del futuro, evitar riesgos financieros o generar empleo estable.
Ribera ha añadido otros beneficios como facilitar una distribución equitativa de la riqueza en el proceso de descarbonización “guiado por criterios de justicia social y estrategias de transición justa”.
Este proyecto, según la vicepresidenta, constituye un primer paso para articular el resto de políticas y medidas, junto a orientar así “el proceso de recuperación hacia un modelo de prosperidad duradero y respetuoso con los límites del planeta”.
Esta norma, ha recordado Ribera, marca objetivos cuantificados de gases de efecto invernadero, de renovables y de eficiencia energética que constituyen “un mínimo inquebrantable porque se revisarán siempre al alza”.
Los objetivos se sitúan por encima “de aquellos asignados por la Unión Europea (UE) a España”, ha añadido Ribera y el proyecto, además, está alineado con el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) que recopila las medidas y herramientas necesarias para poner en marcha la transición ecológica recogida en el proyecto de ley.
En palabras de Ribera, esta “ambición inquebrantable” se ve reflejada en los objetivos de reducción de emisiones en sectores difusos -movilidad, usos térmicos en edificios, residuos o agricultura- ya que España se compromete a una reducción del 39 % frente al 26 % fijada por la UE.
“Sin duda es un esfuerzo grande que merece la pena acometer y que siembra grandes oportunidades de innovación y de conocimiento”, ha concluido.