"Los encontramos por casualidad". En ciencia, estar en el momento y en el lugar adecuados es a menudo la clave del éxito. Tras dos décadas de búsqueda infructuosa, un grupo de investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y de la Universidad de Valencia descubrieron unos remolinos en la superficie del Sol del tamaño de los huracanes terrestres. El fenómeno, regido por el mismo mecanismo que hace girar el agua de la bañera cuando se acerca al desagüe, confirma una predicción específica de los modelos teóricos de convección solar. Ésta es la crónica de un descubrimiento, contada por José Antonio Bonet Navarro y Jorge Sánchez Almeida –Doctores en Física e investigadores del IAC-, así como por la Doctora en Matemáticas Inés Márquez Rodríguez, colaboradora en el mismo centro y profesora del Departamento de Análisis Matemático de la Universidad de La Laguna.