La máquina de inducción experimental es un hito en la investigación de realidad virtual. Sus baldosas sensibles al tacto y sus animaciones cautivadoras ayudan a formar una experiencia virtual creíble. La construcción de esta máquina forma parte del proyecto PRESENCIA, y debería ayudar a los investigadores a estudiar el papel de los seres humanos en un entorno de realidad mixta, física y virtual.
Durante la construcción de esta máquina, el equipo del profesor Paul Verschure, de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, tuvo que considerar cómo interpreta el mundo real el cerebro humano, para que sus diseños respondiesen a las demandas psicológicas del cerebro. Por ejemplo, las animaciones en el espacio no pueden saltar inesperadamente; tienen que ser un flujo continuo de estímulos que satisfagan las expectativas de todos los observadores de la habitación.