Perú, un país de gran patrimonio histórico, ha incorporado los drones a las clásicas herramientas de la arqueología para registrar y proteger sus sitios arqueológicos de daños climatológicos y humanos.
El uso de estas aeronaves ha permitido registrar hasta ahora 375 sitios arqueológicos, que representan el 63,5 % de los que se encuentran en Lima Metropolitana, en su mayoría perdidos entre edificios y avenidas de una ciudad de más de nueve millones de habitantes.
Casi tres años después del inicio del proyecto, ya son nueve los drones que se encuentran a disposición del equipo de arqueología para la labor de registro, que se hace todos los días. La flota está conformada por cuatro drones octocopteros (de ocho hélices), destinados a realizar fotografías y otros cinco cuatricopteros (de cuatro hélices) para vídeo.