La confirmación del primer caso de ébola en Nueva York ha generado una importante preocupación en la Gran Manzana, donde los ciudadanos se debaten entre el miedo al virus y el enfado al saberse que el médico infectado hizo vida normal tras regresar de África.
"Creo que no deberían haberle dejado venir en un principio. Si hay una cuarentena de 21 días deberían mantenerles allí y luego dejarles ir", explicaba a Efe Jeanette Curet, una paciente que visitó hoy el hospital Bellevue, el centro en el que permanece ingresado Craig Spencer, la primera víctima diagnosticada en Nueva York.