Si estos días cogen un avión destino a algún país de fuera de Europa -fuera de la zona Schengen- ya saben que tienen que llevar pasaporte. Para evitar colas ante los mostradores de la Policía Nacional, el Ministerio del Interior ha implantado el ABC System: un lector automático de pasaportes. Siempre de forma individual, el pasajero seguirá tres pasos: identificación mediante documento, reconocimiento facial y dactilar. La medición biométrica de la cara y las huellas es clave, ya que en muchas ocasiones no coincide el aspecto actual con la fotografía del documento. Y si el viajero tiene alguna requisitoria judicial, está pendiente de extradición o se quiere colar con un documento que no es suyo, el sistema deniega la entrada en España y avisa a los agentes. Si simplemente es que se ha equivocado, tendrá que retroceder hasta los puestos tradicionales. Para su éxito será clave, por tanto, habituarse al nuevo sistema. De momento se trata de un proyecto piloto y su funcionamiento está siendo positivo.