Una empresa francesa ha comenzado a fabricar el corazón artificial, para poderlo implantar en pacientes a partir del 2011. Las pruebas que han hecho en animales han dado resultados muy positivos. Además, el aparato está recubierto con un tejido especial para evitar rechazos. Según las estadísticas, de cada cien mil pacientes que necesitan un corazón, sólo cinco mil acaban recibiendo un transplante.