Las aguas del lago Ohrid, en el suroeste de Macedonia, son el hogar de una trucha endémica (Salmo letnica). A pesar de la protección de la UNESCO que ampara al lago desde 1979, este pez está en peligro de extinción por la sobrepesca y la intensa urbanización.
Por ello, los científicos del Instituto Hidrobiológico en Ohrid realizan cada mes de enero una campaña de captura de unas dos toneladas de truchas, a las que extraen el semen y las huevas. Este procedimiento, que lleva aplicándose desde hace décadas, se repite una y otra vez con cada hembra que pese más de 500 gramos, el peso que tiene al alcanzar la edad ideal de reproducción con cuatro o cinco años.
Tras la inseminación, las huevas se colocan en pequeños recipientes por los que permanentemente se vierte agua del lago. Después de 41 días, nacen las primeras truchas. La última etapa del programa solo llega cuando los alevines cumplen unos nueve meses, cuando son devueltos al lago para que la especie no desaparezca de las aguas macedonias.