El denominado efecto “anillo de café”, que sucede cuando una gota de café -o solución de partículas en suspensión- se seca sobre una superficie sólida y se forma una acumulación oscura en el borde, depende de la forma de las partículas. Las partículas esféricas producen un anillo característico, mientras que las elipsoides forma un depósito uniforme, según informan investigadores de la Universidad de Pensilvania (EE UU) esta semana en Nature. El trabajo puede tener aplicaciones en la impresión por inyección de tinta, en recubrimientos de capas finas e incluso en biotecnologías con ADN.