Un equipo de investigadores de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) ha analizado la presencia de metales pesados en 12 especies de setas recolectadas en áreas naturales sin contaminar, y ha encontrado que los niveles varían según el tipo de hongo. Según las conclusiones, que aparecen este mes en la revista Biometals, la mayor cantidad de plomo y neodimio se encuentra en el rebozuelo.