El estudio, realizado de manera experimental en ratones por su similitud genética con los humanos, supone un avance que puede ayudar a comprender las distintas variaciones del rostro humano.
“Hemos identificado miles de piezas cortas de ADN (potenciadores) que se encuentran activas cuando la cara y el cráneo están en desarrollo durante el proceso embrionario”, señala a SINC Axel Visel, investigador del Joint Genome Institute (EE UU) y uno de los autores del estudio. “Hemos sido capaces de crear un mapa del genoma que indica dónde se localizan exactamente”, explica Visel.