Es un ojo anti-incendios estrenado este año y vigila toda España. La señal la emiten dos satélites cada quince minutos y Protección Civil alerta sobre el fuego. Detectan los incendios y simulan su propagación porque también hay un programa que, entre otras cosas, combina la hojarasca del suelo y la velocidad del viento para precisar cómo avanzará el fuego.
Y no sólo el gobierno central, también las comunidades autónomas han apostado por la tecnología. Unos inventos que junto al azar meteorológico, de momento, han situado este año como el de menos superficie quemada de los últimos diez años.