Esta es la última sorpresa de la tecnología nipona: un enfermero de fuertes brazos mecánicos capaz de recoger a los impedidos de una silla, cargar con ellos y trasladarlos donde sea necasario. Un robot muy útil pero no totalmente autónomo. Está controlado por una persona, quien, por seguridad, dirige sus movimientos, simplemente tocándolo.
Que tenga voz de Pokemon y apariencia de panda también está justificado. Dice que da confianza a los pacientes. Y para otros gustos, existe el modelo marciano. En todo caso, aquí el esfuerzo tecnológico ha respondido a un clamor nacional en Japón, un país con millones de ancianos a los que atender y donde la tasa de envejecimiento cada vez es mayor. Calculan que en 2015 un cuarto de los japoneses tendrán más de 65 años. Y sumarán muchos más porque la esperanza de vida es una de las más altas del mundo. La dieta tiene mucho que ver en esto y también es la causa de que este robot no sea apto para todos. Porque el enfermero panda sólo puede levantar a personas de hasta los 61 kilos de peso. Un defecto que la industria puntera seguro que resuelve pronto.