Una decena de activistas de Greenpeace continúa encadenada a las puertas de la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos) desde primeras horas de la mañana. Desde las 06.00 horas, unos 60 ecologistas conseguían amarrar un contenedor de grandes dimensiones a la puerta de la planta con material para llevar a cabo una protesta que podría prolongarse durante días. Con esta acción quieren instar al Gobierno a que eche el cierre de la central más vieja de España (37 años de vida) y empiece así a cumplir una de sus promesas electorales de en 2004.
