Investigadores de la Universidad Tohoku (Japón) han desarrollado una aleación superelástica que puede volver a su forma original después de deformarse bajo temperaturas extremas (desde -196 ºC a 240 ºC), según publican en el último número de Science. Esta aleación (formada por una base de hierro y una pequeña cantidad de níquel) podría utilizarse en los sistemas de control de los automóviles, los aviones y los sistemas espaciales. Además, el nuevo compuesto también podría servir para aplicaciones a gran escala, como la construcción de amortiguadores sísmicos y aislantes contra terremotos.