El fósil del cráneo de una ballena prehistórica ha dado las claves para entender cómo estos mamíferos marinos pasaron de tener dientes a "barbas", según informó esta semana el Museo de Victoria (Melbourne, Australia).
El fósil, bautizado como “Alfred”, pertenece a una ballena de unos 25 millones de años de antigüedad hallada en la costa noroccidental de Estados Unidos.
Las características de sus dientes suponen una evidencia única de los hábitos alimenticios de estos mamíferos, poco antes de que pasaran a tener barbas. Estas son láminas cuyo tejido, compuesto por fibras longitudinales de queratina, resulta en un cuerpo elástico y flexible.
Alfred es uno de los antepasados iniciales de los primeros misticetos modernos o ballenas barbadas, grupo que incluye a las azules y a las jorobadas.
Los dientes del fósil tenían rasgaduras horizontales en la superficie interior, característica de algunos animales marinos que mueven la lengua para succionar presas o materiales ásperos ocasionalmente.