Desde que el pasado sábado colapsara la cara norte del cono volcánico de Cumbre Vieja, en La Palma, se ha incrementado la actividad efusiva y eruptiva del volcán, y ese mayor aporte de lava y la gran fluidez de las coladas han elevado la superficie afectada a 595 hectáreas, cuatro más que ayer. Además, el avance de la lava hacia el mar podría dar lugar a la formación de una nueva fajana.
La previsión meteorológica apunta a que la calidad del aire será peor durante los próximos días, pues podrían regresar los problemas de ceniza y de óxido de azufre.