París y sus alrededores, concentración urbana donde residen cerca de 12 millones de personas, limitó ayer la circulación rodada a los vehículos con matrícula impar para superar un pico de contaminación atmosférica. La capital de Francia ha movilizado a 700 agentes de policía para hacer cumplir la normativa y sancionar a los conductores que no la respeten con una multa de 22 euros, que asciende a 35 euros si se tarda en pagar más de tres días.
"Está muy, muy bien. Es algo muy bueno. Cabrea a los parisinos pero hay que hacer algo contra la contaminación", explicó a Efe Sophie, una vecina de la capital que se desplaza a pie. Con el objetivo de incentivar a los ciudadanos a dejar el coche en el garaje, el transporte público en la región parisina se ha podido utilizar gratuitamente todo el fin de semana y también este lunes.