La colisión de estrellas de neutrones da lugar a potentísimos destellos de luz gamma. Durante una fracción de segundo, una erupción de rayos gamma es tan luminosa como todas las estrellas visibles desde la Tierra, y produce ondas gravitatorias en el espacio que ya fueron predichas por Albert Einstein, en su Teoría de la Relatividad, pero que hasta hoy no han podido ser detectadas. La amplitud, duración y forma específica de dichas ondas es un enigma, pues, para la ciencia. Su comprensión nos acercaría, posiblemente, a las claves de una inagotable fuente de energía procedente de la acreción de agujeros negros. El trabajo que aparece publicado hoy en ‘Astrophysical Journal Letters’ aporta resultados muy valiosos y nuevas herramientas para proseguir y llevar a buen término las investigaciones en este campo de la astrofísica.