Una de las mayores -y más antiguas- aspiraciones de la oncología es saber por qué un tumor genera metástasis (se replica) en un órgano u otro. Si lo supiéramos, podríamos predecir dónde se producirá una de las fases más críticas del cáncer y sería más fácil evitarlo.
A día de hoy, la hipótesis más aceptada es de Stephen Paget, el médico británico que formuló la teoría de la "semilla" y el "sustrato", según la cual, para que haya una metástasis hacen falta semillas que dispersen las células tumorales y un sustrato fértil que las acoja, es decir, un ambiente acogedor en el órgano de destino.