Los círculos de hadas son regiones sin vegetación que se encuentran tanto en climas áridos como en las praderas submarinas de Posidonia oceanica, una planta acuática endémica del Mediterráneo. El mecanismo que hay detrás de la formación de estos patrones ha sido un misterio, pero ahora investigadores del Instituto de Física Interdisciplinar y Sistemas Complejos (IFISC, un centro mixto del CSIC y la Universitat de les Illes Balears-UIB), en colaboración con biólogos del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (CSIC-UIB) y la King Abdullah University of Science and Technology (KAUST) de Arabia Saudí plantean un nuevo modelo matemático que muestra cómo estas curiosas formas se deben a la competencia entre las plantas por los recursos.
Según el estudio, que se publica en la revista Science Advances, las plantas en una determinada región pueden limitar el crecimiento de las vecinas, de forma que zonas ligeramente más pobladas inhiben el crecimiento en su entorno más de lo que este las inhibe a ellas. El resultado es un proceso de realimentación que da lugar a zonas con alta densidad de plantas frente a otras, relativamente cercanas, sin vegetación. Lejos de ser simplemente un fenómeno curioso, la aparición de huecos en la vegetación es una interesante estrategia ecológica, pues permite generar una cantidad de biomasa mayor de la que se produciría en una pradera homogénea. La compresión de estos mecanismos puede ser determinante en la evaluación de su estado de conservación y predicción de su comportamiento futuro.