Algunas zonas de la Península Ibérica donde hasta ahora no se han registrado terremotos de magnitud moderada, como ciertas áreas de la Cordillera Cantábrica, el extremo occidental de las Cordilleras Béticas y el norte de Valencia, podrían tener potencial para generarlos. Así lo refleja un estudio elaborado por científicos españoles, rusos e italianos que publica este mes la revista Rendiconti Lincei.