Aunque normalmente asociamos la guillotina con la Revolución francesa y años posteriores, pocos conocen que su uso llegó casi hasta nuestros días. La primera víctima de este sistema fue un bandido de caminos llamado Nicolás Jacques Pelletier, el 25 de abril de 1792, durante la Revolución francesa. La última decapitación aconteció el 10 de septiembre de 1977.
El triste honor de ser el último ejecutado en la guillotina recayó en el inmigrante de origen tunecino Hamida Djandoubi. El nombre del artilugio proviene del cirujano francés Joseph Ignace Guillotin, diputado en la Asamblea Nacional, que la recomendó para su uso en las ejecuciones, en sustitución de los métodos tradicionales. Sin embargo, no fue su inventor, puesto que máquinas parecidas ya se habían utilizado en Bohemia durante el siglo XIII, Alemania (llamada Fallbeil), Escocia (la Maiden de Edimburgo), Inglaterra (el gibbet de Halifax) y los Estados Pontificios desde el siglo XV.
La Asamblea Nacional adoptó el uso de la guillotina a fin de que la pena de muerte fuera igual para todos, sin distinción de rangos ni clase social. Hasta entonces sólo los miembros de la aristocracia tenían el privilegio de ser ajusticiados sin agonía.
Fuente: Varios